A partir de una proposición no de ley de EH Bildu, el Parlamento ha solicitado hoy al Gobierno vasco que en el marco del Plan Operativo para reducir la Brecha Salarial ponga en marcha una nueva línea de ayudas para convertir contratos a tiempo parcial en contratos a tiempo completo en aquellos casos donde la parcialidad de los mismos no sea deseada. Así lo ha acordado EH Bildu con PNV y PSE con el objetivo de promover la contratación a tiempo completo.
El acuerdo también hace referencia a las contrataciones fraudulentas. A este respecto insta al Ejecutivo a mantener los plantes de choque contra esas prácticas incluyendo en los mismos la vigilancia y control de aquellas empresas con un porcentaje de contratos a tiempo parcial superior al 50% del total.
Ha sido la parlamentaria de EH Bildu Edurne Benito del Valle la que ha puesto este tema sobre la mesa, dado que en los últimos años los contratos parciales se han convertido en un problema de primer orden en el ámbito de las relaciones laborales. “En la última década el empleo a tiempo parcial ha alcanzado su máximo nivel en la CAV, y eso tiene graves consecuencias. La raíz del problema es clara: la mayor parte de estos contratos no son voluntarios, muchas personas no tienen posibilidad de trabajar a jornada completa, lo que significa trabajar menos de lo que quisieran y, en consecuencia, no ganar dinero suficiente para vivir”.
En este sentido, Benito del Valle ha destacado la importancia del acuerdo de hoy, ya que servirá para combatir la precariedad que sufren especialmente la juventud y las mujeres a causa del aumento de las jornadas parciales. “Según datos de 2023, la proporción de población asalariada a tiempo parcial es mayor entre las y los jóvenes que entre las personas mayores de 30 años, y hay una diferencia significativa entre mujeres y hombres en todos los grupos de edad. La mayor diferencia, sin embargo, se da entre las mujeres jóvenes y los hombres jóvenes: el 35,9% de las mujeres jóvenes trabaja a tiempo parcial frente al 18,4% de los hombres jóvenes. La conclusión es evidente: no sólo estamos aumentando la desigualdad de género a través de la jornada parcial, sino también la brecha generacional. La precariedad y la brecha salarial están en gran medida ligadas a la parcialidad, una situación que es especialmente dura para la juventud y más aún para las mujeres jóvenes”.