La Mesa para el Pacto de Salud volverá a reunirse mañana en Gasteiz y, en vísperas de esa cita, EH Bildu ha advertido que “el proceso abierto en ese foro no va a suponer por sí mismo la solución a todos los problemas de Osakidetza”. Según ha indicado Rebeka Ubera, “a la ciudadanía hay que decirle claramente, para evitar posteriores frustraciones, que la Mesa de Salud no es la receta mágica que va a dar la vuelta a Osakidetza; la solución vendrá de implementar las medidas que debe adoptar y desarrollar el Gobierno, y eso hay que dejarlo claro porque el Departamento de Salud ha intentado desde el principio de este proceso externalizar y quitarse de encima una responsabilidad que es suya en exclusiva. En la Mesa de Salud podemos identificar las bases para el cambio, y en eso estamos, pero si el Gobierno no hace luego su trabajo, habrá sido un esfuerzo inútil. El Pacto de Salud, si va a ser algo, será un punto de partida, pero la clave de todo estará en su ejecución, en que la Consejería asuma sus responsabilidades”.
En este sentido, según ha explicado la parlamentaria de EH Bildu, “los documentos que se están trabajando recogen unos consensos de mínimos, pero la clave es cómo va a implementar el Gobierno esas bases, su concreción, qué medidas prácticas va a adoptar para desarrollarlas, porque no podemos olvidar que pasar de las palabras a los hechos, materializar los compromisos teóricos, es responsabilidad exclusiva del Departamento de Salud”. Ubera ha subrayado esa idea porque el Ejecutivo “puede tener la tentación de instrumentalizar el proceso para difuminar y externalizar su responsabilidad en el estado de Osakidetza”.
La parlamentaria ha indicado que “la Mesa de Salud está siendo, sobre todo, un ejercicio de búsqueda de consensos mínimos, un proceso que está siendo enriquecedor”, entre otras cosas porque el Departamento está asumiendo planteamientos que rechazaba hasta hace bien poco”. Ubera cree por ello que “las bases mínimas que se recogen en los documentos que están cerrándose estos días abren una posibilidad de cambio, lo cual deja sitio a la esperanza, aunque en la dirección contraria también hemos visto el corporativismo de algunos agentes, inercias que ponen intereses particulares por delante de las y los pacientes. Esto también existe y, si vamos a darle la vuelta a Osakidetza, eso es algo que también tendremos que cambiar. La solución de ese problema pasa por incorporar a las y los pacientes a los centros de decisión; es la garantía para hacer frente a actitudes de corporativismo”.
La parlamentaria abertzale también ha mostrado preocupación por el hecho de que el Gobierno “no esté queriendo abordar como se merece uno de los nudos gordianos de Osakidetza: la relación público-privada. Para el futuro del sistema sanitario es fundamental entrar en serio a ese debate, pero en el Gobierno sigue habiendo muchas resistencias, de modo que en este apartado concreto no podemos ser optimistas”.
Ubera también ha puesto sobre la mesa las tres premisas básicas sobre las que debe girar el proceso de reflexión abierto: “Poner en el centro a la persona, a la paciente, a la usuaria de Osakidetza; incorporar elementos que puedan servir de palanca para revertir y transformar la situación del Sistema Público de Salud, y cerrar la puerta a las privatizaciones de Osakidetza para reforzar el Sistema Sanitario Público”.